Patrimonio Natural

MEDIO AMBIENTE

LA DEHESA DE VELASCOS

El monte o dehesa de don Pedro Lozano, antaño conocido como dehesa de Velascos, se sitúa aproximadamente a 3 ó 4 Km de la población de Espeluy y a 1 Km de la Estación.

Esta dehesa se extendía desde el citado pueblo hacia los cuatro puntos cardinales, llegando por el sur casi hasta las mismas casas de Mengíbar.

Numerosos arroyos, que permanecían secos durante la época estival, la cruzaban; de ellos algún vestigio queda en la actualidad. Era, asimismo, abundante la caza y así lo reflejan las Crónicas del Condestable don Lucas de Iranzo. Este acompañó al rey Enrique IV a participar en unas jornadas de cacería, y de las que el propio rey quedó muy satisfecho; el hecho en sí propició la vuelta del mismo a esta zona seis años más tarde.

Entre la vegetación de porte arbóreo abundaban la encina o chaparro de los que sólo han permanecido hasta el momento individuos aislados en el término de Espeluy, con un representante cercano al vecino pueblo de Mengíbar popularmente conocido como “chaparro de Catena” que, lamentablemente, fue derribado por unos temporales.

Otras especies vegetales presentes en la zona y propias de los humedales son el carrizo y el junco. También aparecen asociadas a los cultivos de cebada, de trigo o de girasol tan abundantes en el lugar, plantas tales como el cardocuco, el cenizo y el manrubio. Entre las especies que surgen a los lados del polvoriento camino que recorre la dehesa se encuentran el tienta yernos, el hinojo, el pericón de conocidas propiedades medicinales y la apreciada alcaparrera.

FAUNA

El territorio de Espeluy está ocupado en prácticamente el 95% por tierras agrícolas, con más de un 50% del mismo ocupado por cultivos herbáceos y un 39% de olivar. El término de Espeluy es singular en el contexto de la campiña de Jaén debido a la presencia de una dehesa cerealista con encinas de gran porte. Esta dehesa que representa cerca del 5% del territorio, alberga hasta 35 especies distintas de aves reproductoras. Esta riqueza se debe a su doble condición como medio forestal y de terreno agrícola abierto. Como medio forestal favorece a especies como la paloma torcaz, la tórtola, la totovía, el alcaudón, el verderón, el picogordo y el verdecillo. Como terreno agrícola con una elevada cobertura herbácea debido al cultivo de cereales y hortalizas favorece a especies de aves como el ánade real, la codorniz, el buitrón, el triguero o incluso las calandrias que instalan sus nidos al abrigo de la elevada cobertura herbácea, o a otros pájaros como la terrera común o la cogujada que requieren suelos libres de cobertura vegetal como aquellos terrenos de la dehesa que permanecen labrados o en barbecho.

En el término municipal destaca también la presencia del río Guadalquivir cuya ribera y bosque de galería (con abundantes choperas de repoblación) proporcionan también refugio a muchas especies de aves. Las más singulares por su especificidad por este ambiente en la comarca con el martín pescador, el torcecuello asiduo visitante de zonas de río con bosques de galería bien desarrollados y particularmente la carraca, uno de los pájaros más grandes, llamativos y a la vez escasos que podemos observar en la provincia y que nidifica en los taludes arenosos bien desarrollados lo que hace que su presencia sea extremadamente local.

Respecto a la riqueza herpetológica del territorio, en el término están presentes 4 especies de anfibios y 12 especies de reptiles. Entre los anfibios aparecen: sapillo pintojo ibérico, sapillo moteado, sapo corredor y rana común. Entre los reptiles aparecen: galápago leproso, la culebrilla ciega, el eslizón tridáctilo y varias culebras como la viperina, siempre pegada a los cursos de agua y fácilmente observable en las orillas de los ríos.

Ir al contenido